sábado, 29 de octubre de 2016

VALDEGOBIA Y LOS TEMPLARIOS

Juan Carlos Abascal es un amigo de la Institución Celedones de Oro, muy interesado en temas históricos alaveses. Forma parte de la Sociedad Landázuri, entidad preocupada por el mantenimiento y reivindicación del patrimonio alavés. 
Juan Carlos Abascal
Juan Carlos nos ha pasado el texto que viene a continuación, que lo publicó hace unos años desde, precisamente, la Sociedad Landázuri. Por su interés lo reproducimos.

Juan Carlos Abascal Urrezko Zeledonakl Erakundearen laguna da, Arabako historiarekin oso interesatua dagoena. Landazuri elkartekidea da, arabar ondarearen sostengu eta aldarrikapena helburua duen Elkartekoa, hain zuzen.

Juan Carlosek ondoren datorren testua eskaini digu, duela urte batzuk Landazuri Elkartearen izenean. berak publikatutakoa, Interesgarria delakoan argitaratzen dugu.

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¿Qué tuvo de mágico Valdegobía, para que una organización foránea como los Templarios, creada en 1.129, aparezca vinculada tan claramente a Valdegobía, tan lejos de su lugar de creación y más en aquellos tiempos?
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, popularmente conocida como los Caballeros Templarios u Orden del Temple, una de las más famosas órdenes militares cristianas, fue fundada sobre 1.118 tras la primera cruzada por caballeros franceses encabezados por Hugo de Payens, y reconocida por la Iglesia Católica en 1.129.

Algunos historiadores propugnan la teoría de que la orden templaria fue creada para fines secretos, relacionados con el esoterismo y la mística que los poderes oficiales habían silenciado durante siglos (Louis Charpentier), y para la creación y desarrollo de un imperio universal sinárquico y por la persecución de teorías trascendentalistas y espirituales de primer orden, cuyo estudio y práctica cambiaría al hombre y a la humanidad y lo proyectase a una nueva época de elevación espiritual (ATIENZA, J. G.: La meta secreta de los templarios; La mística solar de los templarios: Guías de la España Mágica y Guía de la España Templaria. Pero existen otros que niegan decididamente toda implicación trascendentalista de la obra y la misión de los templarios y la limitan al mero panorama político y religioso medieval y renuncian a plantearse interrogantes y enigmas que, en muchos casos, saltan a la vista o por lo menos sorprenden (DEMURGER, Alain: Auge y caída de los templarios)

La Orden del Císter, fundada por San Roberto en la abadía de Citeaux, Francia, en 1098, como renovación y recuperación de los ideales benedictinos y pureza de la regla original, intervino directamente en la creación de la Orden del Temple. Ya san Bernardo, abad de Claraval, presunto fundador o, al menos, inspirador de la orden, redactó sus estatutos y animó a sus familiares, sobre los que al parecer ejercía un gran ascendente, que a la sazón eran condes de Champaña o vivían en dicho condado, para que participasen directamente en la fundación de la orden, se vincularan a ella o la favorecieran con donaciones y legados. El mencionado fundador de los Templarios, Hugues de Payns, el primer gran maestre del Temple, es señor feudal de un territorio cercano a Troyes y está emparentado con los condes de Champaña.

El Císter participó en la fundación de la Orden del Temple y también en la creación de las Órdenes militares de Calatrava (1164), Alcántara (1213) y Aviz (1147), que, curiosamente, heredarían y serían, pese a todo, continuadoras del Temple tras su proscripción.

Los caballeros templarios usaban como distintivo manto blanco con cruz roja y pertenecía a las unidades militares mejor entrenadas que participaron en las cruzadas. Sin embargo su fortaleza residía en sus miembros no combatientes, quienes gestionaron una compleja red financiera y económica en el mundo cristiano, siendo los fundadores de lo que hoy conocemos como bancos, y construyendo fortificaciones por toda la zona del Mediterráneo y Tierra Santa.
Los rumores surgidos sobre la ceremonia de iniciación de los templarios que era secreta y la pérdida de Tierra Santa, generó gran desconfianza, y en especial envidias económicas, en especial por Felipe IV de Francia, endeudado considerablemente con la Orden, manejó sus resortes e influencias con el Papa Clemente V, quien en 1.312 firmó la disolución de la Orden.

La brusca y trágica desaparición de la Orden, dio lugar a las numerosas especulaciones y leyendas que hoy en día siguen vivas y mantienen el nombre de los Caballeros Templarios.
Valdegobía
Por eso nos preguntábamos que magia tuvo Valdegobía para que en breve plazo desde su aprobación, aparezcan pruebas de su estancia en Valdegobía. Como prueba física, mencionamos en primer lugar la Ermita de San Juan Bautista, en la localidad de Cárcamo, en la que existe una inscripción de 1.150, en la que se hace referencia a la Orden del Cister.

Una prueba escrita constituye el testimonio de Fray Miguel de Varona, aunque está fuera de tiempo como veremos. En el relato que el bueno de Fray Miguel de Varona hace de la aparición de la imagen de la Virgen de Angosto, en el año 1.089, y tratando el pueblo de Villanañe de decidir dónde guardar la Virgen, nos cuenta que “la Iglesia de San Cosme y San Damián (que existió en Villanañe), era la más capaz y más decente para colocar allí la imagen de la Virgen Santísima, pero no podía llevarla allí, porque eso era entregársela a la Orden de los Templarios que entonces no estaba extinguida la Orden, ni tenía el Ordinario secular jurisdicción ni dominio sobre la Iglesia que era de Regulares, aunque después que se acabó esta dicha religión, fue por algunos años iglesia parroquial de Villanañe”. Fray Miguel de Varona lo escribió en 1.715, basándose en los archivos familiares de los Varonas, y se dejó llevar por la pasión a la Virgen de Angosto y sitúa erróneamente a los Templarios en el momento de su aparición en 1.089. Sin embargo sí nos deja constancia de su existencia en Villanañe y en concreto en el dominio que tuvieron en la desaparecida Iglesia de San Cosme y San Damián y de los recelos que los Templarios emanaban, propios de épocas mucho más posteriores que la aparición de la imagen de la Virgen.
Bellojín


Otra prueba de la existencia de los Templarios en Valdegobía la tenemos en el “Plano de la Provincia de Alava construido por la memoria de los naturales por el geógrafo D. Tomás López en año de 1.770”. En él figura claramente “Ruinas de Templarios” y las sitúa entre Bellojín y Atiega, aunque estuvieron más cercanas a este último pueblo.

Efectivamente cerca de Atiega se encontraba un monasterio en el lugar conocido como Valdefrades o Valle de los Frailes.

En 1.767 el sacerdote alavés Juan Manuel de Ocharan Salazar enviada al citado geógrafo Tomás López, un mapa indicando el ámbito geográfico de la ruta templaria alavesa que abarcaba las localidades de Atiega, Villamaderne, Tuesta Bellojín y Salinas de Añana.

Otro posible testimonio lo tenemos en la Iglesia de Tuesta. La bóveda que cubre la cabecera es de gallones con cinco nervios que parten de cada uno de los cinco lados que forman la cabecera, coronando en una clave donde se representan dos ángeles elevando hacia el cielo la cruz de los templarios y sobre la clave el Pancreator repartiendo justicia. Debemos mencionar la estructura militar de esta iglesia, donde existió un torreón defensivo encima de su campanario y que fue demolido el siglo pasado en una de sus restauraciones. También cuentan que en la localidad de Guinea en unas excavaciones realizadas junto a la Iglesia apareció un cementerio medieval en el que se encontraron lápidas templarias y que cerca de Guinea existió una fortaleza templaria destinada a la defensa del camino real que pasaba por allí.

En Bellojín se encuentra la ermita dedicada a San Cornelio y San Cipriano. Una reciente restauración ha sacado a la luz los restos de una venta románica debajo de la cual se aprecia una cruz patada con el símbolo del alfa y el omega en sus brazos horizontales.

Como vestigio real de la estancia de los templarios nos queda hoy en día el Real
 Monasterio de las Comendadoras de San Juan de Acre, en la villa de Salinas de Añana. En tiempos de las cruzadas perteneció a la Orden de Malta y fue hospital de peregrinos que perteneció a las “sopor militiae Templi” monjas templarias. En un escrito dirigido al Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén a mediados del siglo XVI, se dice que la fundación del Monasterio de Salinas de Añana “es la más antigua que hay en España de religiones nuestras, por tradición en ella y en toda aquella comarca, de haber sido de templarios”.

Atiega

Y en relación a las especulaciones y leyendas que sobre los Templarios se difundieron, vamos a recordar una de ellas que habla sobre la existencia de triángulos mágicos en los que recoger la fuerza sobrenatural. Pues bien, si en un mapa unimos la ubicación del Convento de San Juan de Acre en Salinas de Añana, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Tuesta, y las ruinas de los templarios cercanas a Atiega, contemplaremos como su unión nos da un 
perfecto triángulo equilátero. ¿Es quizá dentro de este triángulo mágico donde los templarios escondieron el Santo Grial? La leyenda del grial señala que éste fue escondido por los templarios en un lugar: Mont Salvat. Bien puede corresponder este nombre con la cercana Sierra Salvada, macizo montañoso que hace frontera natural entre las provincias de Burgos, Alava y Vizcaya.

Y ya dentro del misterio no podemos de dejar de preguntarnos si los epígrafes o inscripciones que se encuentran en la parte posterior de la Iglesia de El Salvador, en Espejo, grabadas en dos sillares, en la tercera hilada a partir del suelo, en su cara norte, ¿no serán algún mensaje que nos dejaron sucesores de los templarios que siguieron viviendo en Valdegobía y que aún no hemos sabido descifrar?

¿Qué tuvo de mágica esa antigua Valdegobía nuestra?

Argazkiak: Euskomedia, Dani García











martes, 11 de octubre de 2016

URRIAK 24 DE OCTUBRE.CONFERENCIA DE SOR AURORA HERRERAREN HITZALDIA

VI CICLO DE CONFERENCIAS – VI HITZALDI ZIKLOA





2016. ikasturteko zikloari jarraituz, hurrengo urriaren 24an Sor Aurora Herrera izango da aukeratutako ponentea. "Historia de la atención a personas con problemas de adicción en Araba. Una evolución conjunta" tituloarekin, psikiatrian erizaina izan den azkenengo Urrezko Zeledona irabazi duen profesionala hau arituko da. Urrezko Zeledonak Erakundetik etortzeko deia luzatu nahi dizuegu. Anima zaitezte!

Siguiendo con el ciclo de conferencias del curso 2016 que organiza la Institución Celedones de Oro, el próximo día 24 de octubre tendremos la oportunidad de escuchar a una de las galardonadas, junto con Patxi Antón, con el último Celedón de Oro: Sor Aurora Herrera. Bajo el título " Historia de la atención a personas con problemas de adicción en Araba. Una evolución conjunta", Sor Aurora, quien durante muchos años ha dedicado su vida profesional como enfermera de psiquiatría en el Centro de Tratamiento de Toxicomanías de Álava, nos ofrecerá una interesante conferencia.

Desde nuestra institución, Celedones de Oro, os invitamos a acudir a la Sala Araba, sin duda Sor Aurora no os defraudará. ¡Animaos!





martes, 4 de octubre de 2016

LA PLAZA DE LOS CELEDONES DE ORO

Autor: JOSE MARIA BASTIDA "TXAPI"
Plaza de Bilbao
La construcción de la Plaza Nueva, entre 1781 y 1791, y el derribo del primitivo Hospital de Santiago o de Nuestra Señora del Cabello, previsto a principios del siglo XIX, pero no hecho realidad hasta 1820, dividió esa zona gasteiztarra en tres parcelas claramente diferenciadas: la propia Plaza Nueva, la Plaza Vieja -actual Virgen Blanca- y el llamado Rabal Chiquito o Plaza de San Francisco, según algunos documentos. En 1822, se inauguró el Teatro Principal en el lugar de este último solar que ocupa actualmente el Banco de España. Dos años más tarde, se solicitó línea al Ayuntamiento para la construcción de unas casas en los terrenos que pertenecía a Joaquín María de Ugarte. Esas casas, llamadas de Ugarte, fueron las que configuraron la plaza que nos ocupa. En el centro quedaba una antigua casa, bastante deteriorada, que era conocida como la posada de "Chivota".
LA PLAZA DE ORIENTE
Fernando VII había anunciado que a finales de junio de 1828 iba a realizar una visita a la ciudad de varios días de duración, en su viaje de regreso de Cataluña a Madrid. En mayo, el Ayuntamiento se reunió para programar los actos en su honor. Se pensó organizar unos festejos taurinos, considerando que el lugar más apropiado era esta plaza. Para ello, lo adecuado era derribar la mencionada casa de "Chivota". Para aliviar el coste económico, se solicitó la colaboración de los vecinos de las casas de Ugarte, que salían beneficiados con el remodelado de la plaza. Éstos accedieron y se firmó un convenio conjunto, que luego algunos Ayuntamientos posteriores no respetaron. Por ejemplo, una cláusula decía que no se efectuarían mercados, y existen fotografías que demuestran lo contrario. También se especificaba que no se iba a edificar en el recinto de la plaza, y se construyó el edificio de Correos y Telégrafos.
Plaza de Bilbao
Al elaborar los actos a celebrar en honor del monarca, se decidió que Fernando VII se hospedaría en la Casa Consistorial, llamando en los programas a la Plaza Nueva, Plaza central de Palacio. La Plaza Vieja, denominada Plaza de Occidente en el texto, se destinó a acoger las sesiones de fuegos artificiales. La plaza que nos atañe, se usó, como estaba previsto, para los actos taurinos, con el nombre de Plaza de Oriente. Cuando acabó la regia visita, la Plaza Vieja y la Plaza Nueva, siguieron llamándose como siempre se había hecho, pero la otra plaza se quedó con el nombre de Plaza de Oriente.
LA PLAZA DE BILBAO
El día de Nochebuena de 1836, los liberales lograron poner fin al segundo sitio que realizaban los carlistas a la villa bilbaína. El cinco de enero de 1837, el alcalde reunió al Ayuntamiento vitoriano en sesión extraordinaria, para comunicarle que los jefes liberales de la milicia nacional de la ciudad se le habían presentado para invitar a la corporación a realizar algunos festejos y otros actos que demostrasen el interés de la población por la "heroica defensa y levantamiento del sitio de Bilbao." Tras la explicación del alcalde, se hizo pasar a la sala a los militares, y el capitán de granaderos Valentín Olano, tras un largo discurso, propuso que a una de las calles o plazas de la ciudad se le pusiera el nombre de Plaza de Bilbao. Una vez que salieron los militares, continuó la sesión, acordándose que la Plaza de Oriente se llamase en adelante Plaza de Bilbao. En algunas publicaciones se ha relacionado el nombre de la Plaza de Oriente con el de su calle homónima que correspondió hasta 1919 al tramo actual de Postas entre las de Los Fueros y La Paz. No tiene nada que ver. El nombre de calle de Oriente se le dio en sesión municipal de 19 de mayo de 1858, veintiún años después de que la Plaza de Oriente hubiese mudado de nombre, como hemos visto.
EL RETOÑO DEL ÁRBOL DE GUERNICA
En 1910, siendo alcalde Eulogio Serdán, el Ayuntamiento solicitó de la Diputación de Vizcaya un retoño del árbol de Guernica, que lo facilitó desinteresadamente. Se decidió colocarlo en el centro de la Plaza de Bilbao. Para dar solemnidad al acto, se celebró el día trece de marzo por la tarde una fiesta del árbol, a la que acudieron los niños de las escuelas municipales, del hospicio y del asilo. Eulogio Serdán plantó por su propia mano el árbol, tras un discurso en el que resaltó la importancia del fomento del arbolado para la prosperidad de los pueblos, así como el significado que tenía para los vascos el árbol de Guernica.
DESAPARICIÓN DE LA PLAZA
Plaza de los Celedones de Oro
Rompiendo, como antes se ha dicho, los compromisos adquiridos en 1828, el Ayuntamiento cedió al Estado en 1915 un solar de 850 metros cuadrados en la Plaza de Bilbao para la construcción del edificio de Correos y Telégrafos. Tras muchas complicaciones, el edificio se hizo realidad, inaugurándose el 3 de agosto de 1928. Las casas de Ugarte, es decir los edificios de la plaza, quedaron relegados a un angosto callejón, desapareciendo al año siguiente. El nombre de la Plaza de Bilbao se eliminaba del callejero por acuerdo del Ayuntamiento de fecha uno de diciembre de 1929.
DENOMINACIÓN ACTUAL

Desde la construcción del edificio de Correos y Telégrafos, se ha venido denominando popularmente a este espacio como Plaza o Plazuela de Correos, denominación que nunca ha tenido carácter oficial. El año 2012, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la institución del galardón Celedón de Oro, se acordó darle el nombre de Plaza de los Celedones de Oro, descubriéndose por el Alcalde Javier Maroto el poste con la nueva denominación en presencia de una amplia representación de los galardonados. 
Argazkiak: Enrique Guinea Bilduma (del fondo del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz) eta Jose Maria Bastida "Txapi"